Aquella excepcional experiencia parisina de casi un lustro no sólo fue decisiva para su obra, sino que lo llevó a intervenir en los más prestigiosos acontecimientos de las artes plásticas pues, con el resuelto apoyo de sus amigos, participó con obras en el Salón del Otoño de 1928, y en el Salón de los Independientes de 1929. A raíz de ello, César Vallejo comentó en una colaboración enviada a la revista Mundial de Lima, en mayo de 1929, que “Macedonio de la Torre –con solo haber enviado este año por esfuerzo de sus amigos, un cuadro al salón de otoño– ha suscitado en la alta crítica francesa debates dignos de un renovador de la pintura. La crítica de París no le ha elogiado como se elogia a cualquiera, sino que le ha elogiado discutiéndolo, que es el verdadero modo de elogiar a un creador. “Conviene –dice a su propósito “La Revue Moderne”– señalar a este excelente artista los peligros de la vía que sigue. El artista no logrará realizar obra de arte digna de perdurar, si por caracterizar en una forma elíptica o abreviada su pensamiento y emoción, descuida el sabor de la realidad”. En cambio “L’Art Vivant” opina que “su paisaje de Vances está en los límites de una sana fórmula artística y que este logro del espíritu de equilibrio casi clásico del arte, no es en Macedonio de la Torre un hecho aislado y fortuito, sino que es una característica dominante de sus lienzos”. etc. Todo esto demuestra que Macedonio de la Torre es dueño soberano de una estética realmente original y grande”.
El grupo "Bohemia" de Trujillo en un almuerzo en el casino del balneario Buenos Aires. El primero de la derecha es Victor Raul Haya de la Torre y el quinto de la izquierda César Vallejo.
Macedonio de la Torre tocando el violín.
Óleo sobre tela pintado por Felipe Cossio del Pomar. Trujillo, c. 1923.
Décadas más tarde, en 1987, Juan Manuel Ugarte Eléspuru escribió la siguiente consideración acerca de la participación de Macedonio en esos Salones: el haber expuesto en el Salón de Otoño “es un señalado mérito” pues es necesario “ser aceptado como expositor”, aunque “el Salón de los Independientes, donde si bien la entrada es libre, la competencia de los vanguardistas que lo pueblan es mucho mayor”.